Este año las demandas estudiantiles se consolidan en el rechazo de las políticas de autofinanciamiento de la educación chilena.
Grandes grupos de estudiantes, centros de estudiantes y alumnos, mantienen aun la fuerza de seguir levantando dicha bandera a favor del congelamiento de aranceles.
Esta fuerza se mantiene debido a que la demanda es válida, es justa, y tiene argumentos de peso, a pesar de que algunos miembros de la Universidad, han tratado de hacer creer lo contrario, corriendo la voz de que esta demanda es imposible, de que no responde a ninguna política clara, y que produciría un menor ingreso financiero que nos afectaría en la calidad de la educación.
A continuación analizaremos a qué responde realmente esta demanda de congelar aranceles.
Una oportuna petición en relación a la realidad en que vivimos.
Hay que tener claro una primera premisa, el congelamiento de aranceles es una política arancelaria, y se busca generar respuestas y escenarios propicios para que en un corto plazo nos fijemos metas las cuales se sustenten en el largo plazo. Aclarada esta premisa inicial, es necesario hacer mención a la primera y más sencilla razón a la que responde coyunturalmente el congelamiento de aranceles. ¡¡¡NUESTROS BOLSILLOS NO SOPORTAN MAS ALZAS!!! Durante estos años, el IPC ha subido, afectando la mayoría de los derechos básicos que deberíamos tener por ser simples habitantes de un territorio. El agua, luz y gas, son claros ejemplos de ello. Y para colmo, entre todo esto, nos quieren subir también los costos de la Educación. Y no nos dejemos engañar, la gran mayoría paga por sus estudios… por que recuerden, el crédito se paga.
Pero los estudiantes no solo quieren congelar aranceles debido a las alzas. Sino que también hay muchos elementos de fondo. Vamos viéndolos por parte.
Acuerdo CONFECH-MINEDUC 2006
Grandes grupos de estudiantes, centros de estudiantes y alumnos, mantienen aun la fuerza de seguir levantando dicha bandera a favor del congelamiento de aranceles.
Esta fuerza se mantiene debido a que la demanda es válida, es justa, y tiene argumentos de peso, a pesar de que algunos miembros de la Universidad, han tratado de hacer creer lo contrario, corriendo la voz de que esta demanda es imposible, de que no responde a ninguna política clara, y que produciría un menor ingreso financiero que nos afectaría en la calidad de la educación.
A continuación analizaremos a qué responde realmente esta demanda de congelar aranceles.
Una oportuna petición en relación a la realidad en que vivimos.
Hay que tener claro una primera premisa, el congelamiento de aranceles es una política arancelaria, y se busca generar respuestas y escenarios propicios para que en un corto plazo nos fijemos metas las cuales se sustenten en el largo plazo. Aclarada esta premisa inicial, es necesario hacer mención a la primera y más sencilla razón a la que responde coyunturalmente el congelamiento de aranceles. ¡¡¡NUESTROS BOLSILLOS NO SOPORTAN MAS ALZAS!!! Durante estos años, el IPC ha subido, afectando la mayoría de los derechos básicos que deberíamos tener por ser simples habitantes de un territorio. El agua, luz y gas, son claros ejemplos de ello. Y para colmo, entre todo esto, nos quieren subir también los costos de la Educación. Y no nos dejemos engañar, la gran mayoría paga por sus estudios… por que recuerden, el crédito se paga.
Pero los estudiantes no solo quieren congelar aranceles debido a las alzas. Sino que también hay muchos elementos de fondo. Vamos viéndolos por parte.
Acuerdo CONFECH-MINEDUC 2006
En el año 2006 las Federaciones de las Universidades Tradicionales llegaron a un acuerdo con el Ministerio de Educación, de establecer los tan mencionados Aranceles de Referencia. Estos fijarían el tope de entrega de Aporte fiscal en forma de beca o crédito a los estudiantes. Dejando una brecha entre el arancel de referencia y el real que tiene cada Universidad. Esta brecha debía ser cubierta por la universidad o por el mismo estudiante, dependiendo del quintil al cual correspondía. La tendencia debía ser que las universidades fueran homologando sus aranceles reales con los de referencia. Para así tener cubierto a los primeros quintiles con el aporte fiscal.
Por ejemplo: Arancel Real: 1.700.000
Arancel de referencia: 1.400.000
Los 300.000 deberían haber sido cubiertos por la Universidad.
La pregunta de quién quiere ser millonario es: ¿Y qué ha pasado?
No hay que pedir comodines para darse cuenta que ni el estado ni las universidades han hecho lo suyo. Veamos a cada uno de estos actores institucionales.
El estado ya no se hace cargo de la educación. Desde 1980, en dictadura militar, se comenzó a dar un vuelco gigantesco en el Sistema de Educación Superior. Ya se está implementando el experimento neoliberal en chile, y la educación claramente no podía quedar fuera de ello. Comenzó poco a poco el boom de las universidades Privadas y paulatino desentendimiento del estado. Si antes la universidad era gratis, ahora se debía pagar por ella. Y el financiamiento que recibirían las Universidades bajo los criterios de competencia que fijara el sistema. Ahí nacieron los aportes basales conocido como AFI y AFD y se incrementó el crédito como forma de pago.
Llegamos a la década de los 90’, y la cosa no cambia, es más, se profundiza. El boom de las Universidades privadas es cada vez más grandes y el autofinanciamiento de las Universidades nos es un problemas a resolver, sino que un sistema que hay que administrar.
Es por ello, que por ejemplo nuestra Universidad, la UNAP, tiene que diversificar sus formas de financiamiento, que en su mayoría lo deben soportar los bolsillos de los estudiantes, luego el estado, el endeudamiento y privados.
Y como si todo esto fuera poco, el estado deja de cumplir el acuerdo 2006, no cubrieron toda la brecha de aranceles de referencia que le corresponde cumplir, dejando a las universidades con un gran hoyo financiero, y con mucho dinero figurado. Es decir, dinero que aparece como numero en un papel, pero que realmente no existe.
La universidad crítica pero no práctica.
Por su parte los que dirigen nuestra querida casa de estudios, son críticos al sistema de autofinanciamiento. De hecho todos los rectores de las universidades del CRUCH lo son. Ya que son testigos directos de como algunas de sus universidades caen en gigantescas crisis económicas, como la ULPA y la Valparaíso. Y como otras están obligadas a pensar más en cómo financiarse que en cómo educar mejor, teniendo que externalizar servicios y externalizar docentes, teniendo que formas sociedades anónimas dentro de la institución, teniendo áreas cada vez más precarizadas, etc.
¿Y entonces ellos que hacen? Critican nuestras movilizaciones, respondiéndonos con amenazas y represión académica, les dan miedo nuestras posturas diciendo que están fuera de los márgenes posibles. Y en vez de querer enfrentarse al Estado, deciden por el camino más fácil. Seguir externalizando, seguir endeudándose, seguir subiendo aranceles, olvidando la posible homologación con los de referencia y en fin, seguir profundizando esa injusta estructura presupuestaria donde los estudiantes somos el pilar que la sostiene.
Y después sé que el estado no cumple. Y que precisamente por aquella brecha existente, y por el hoyo en el Crédito del Fondo solidario, no nos pueden congelar aranceles. Pero no nos dejemos engañar. Eso no es nuestra culpa. Y no debemos porque responsabilizarnos de ello!
Y entonces… ¿Por qué congelar aranceles?
Porque no queremos seguir tapando con un dedo, el gran problema que hay detrás, la irresponsabilidad del Estado Chileno y de las universidades que se dicen llamar públicas, o con vocación pública. El Estado debe hacerse cargo de esto, no seguiremos prestándonos fácilmente como parches de una herida que no sanará gracias a nuestros bolsillos, sino que solo se seguirá profundizando.
No queremos tampoco seguir la política del mínimo esfuerzo que implementa nuestra universidad. No seremos fáciles piezas de ajedrez que ellos pueden mover donde las exigencia del mercado se lo pidan.
Con el congelamiento de Aranceles estamos diciendo. ¡HEY! Detengan esto un poco. Llevan años implementando políticas arancelarias sin pensar en un proyecto futuro de universidad, sin pensar en los estudiantes. Queremos un Estado responsable, queremos cuentas internas claras, y queremos por qué no, unirnos como universidad, trabajadores, académicos y estudiantes, en la construcción de una estrategia política que busque acorralar al estado para que se haga cargo, una vez por todas, de lo que le corresponda. ¿No creen que tendríamos mucha más fuerza?
Exijamos que se cumplan los acuerdos, no nos prestemos más para ser los peones del ajedrez donde tanto el estado como la universidad nos lanzan a la batalla en la primera fila y sin protección.
Detengamos esto, y fijemos que el 2009 sea el año de la construcción de un nuevo proyecto de financiamiento universitario.
No más alzas. Unidad y Compromiso Ahora!